"Destino: el Infinito. Tiempo de vuelo: la Eternidad"
(Juan Carlos Nacher)
A la derecha aparecen dos figuras, masculina y femenina; a la izquierda, un haz de líneas radiales que parten de un mismo punto: la Tierra. Las líneas indican la dirección de los pulsares más significativos cercanos a nuestro sistema solar (en cada uno, en sistema binario, la secuencia de pulsos correspondiente), con lo que una civilización técnicamente avanzada y con conocimiento sobre los pulsares podría localizarnos en el espacio.
En la parte inferior hay una representación de nuestro sistema solar con los planetas ordenados según la distancia al sol y la indicación de la ruta inicial de la Pioneer. En la parte superior, la representación de una inversión en la dirección del electrón de spin en un átomo de hidrógeno, el elemento más abundante del universo. Esta transición provoca la emisión de una onda de radio de 21 cm.
La placa fue diseñada por el astrónomo Carl Sagan y por Frank Drake y asimismo, fue Sagan quien convenció a la NASA para incorporarla a la sonda.
El 13 de Junio de 1983, hace ya 25 años, la Pioneer abandonó el sistema solar y el 23 de Enero de 2003 se produjo el último contacto con el Centro Glenn de Investigaciones de la NASA . En ese momento, el mensajero de la humanidad se hallaba a 12.160 millones de km. de la Tierra, más allá del cinturón de asteroides de Júpiter y Plutón.
En 2007 se dió por concluída la misión. Los científicos admiten que no saben cuál es la suerte que ha podido correr la nave. Descartado cualquier incidente, la sonda debería estar ahora desplazándose hacia la estrella roja Aldebarán, en el centro de la constelación de Tauro a 68 años luz de la Tierra. Para llegar a su destino final aún tardará 2 millones de años.
La Pioneer fue diseñada para una misión de 21 meses que han acabado en 30 años de peregrinaje en el espacio. Fue realmente una pionera en todos los sentidos, no sólo por su nombre sino por toda la información, muy abundante, que nos transmitió a lo largo de los años. Una información que desvela muchas incógnitas sobre nuestro universo más cercano, estrellas y planetas, llegando a lugares donde nunca antes había llegado el hombre, contribuyendo a un mayor y mejor conocimiento y comprensión del espacio.
Desde aquí nos gusta pensar que la Pioneer X sigue su rumbo a lo desconocido. Nos gusta creer que está descubriendo nuevas maravillas. Nos gusta intuir que encontrará nuevas vidas.
Quién sabe... Buen Viaje...