MISIÓN APOLO XI. "Houston, aquí Base Tranquilidad, el Águila ha alunizado."
Apolo XI es el nombre de la misión espacial que los Estados Unidos enviaron al espacio el 16 de Julio de 1969.
Fue la primera misión tripulada en llegar a la superficie de la luna.
El Apolo XI fue impulsado por un cohete Saturno V desde la plataforma LC 39A y lanzado a las 10:32 hora local del complejo Cabo Kennedy en Florida (EEUU). Oficialmente se conoció a la misión como AS-506.
La tripulación del Apolo XI estaba compuesta por el comandante de la misión, Neil A. Armstrong, de 38 años, Edwin E. Aldrin Jr., de 39 años y piloto del LEM, apodado Buzz, y Michael Collins, de 38 años y piloto del módulo de mando.
La denominación de las naves, privilegio del comandante, fue Eagle para el módulo lunar y Columbia para el módulo de mando.
El comandante Neil Armstrong fue el primer ser humano que pisó la superficie de nuestro satélite el 20 de Julio de 1969 al sur del Mar de la Tranquilidad (Mare Tranquilitatis). Este hito histórico se retransmitió a todo el planeta desde las instalaciones del Observatorio Parkles (Australia).
Las instalaciones del MDSCC en Robledo de Chavela (Madrid, España),
también pertenecientes a la Red del Espacio Profundo, sirvieron de apoyo a todo el viaje de ida y vuelta.
El 24 de Julio, los tres astronautas amerizaron en aguas del Océano Pacífico poniendo fin a la misión.
DESPEGUE DEL APOLO XI
El 18 de Junio, tres semanas antes del lanzamiento, comienza la carga de queroseno tipo RP-1 en la primera etapa del Saturno V, un trabajo que termina seis días después. El 15 de Julio, ocho horas antes de la hora prevista para el lanzamiento y para evitar pérdidas por evaporación, se procede al bombeo de oxígeno líquido (LOX) e hidrógeno líquido (LH2) en los tanques de las tres etapas del cohete. Estos últimos propelentes son almacenados a altas presiones y bajas temperaturas, por lo que se les denomina genéricamente, criogénicos.
El 16 de Julio los astronautas son transportados hasta la nave. Mientras, el ordenador del Complejo 39 realiza las últimas comprobaciones y comprueba que todos los sistemas funcionen.
El director de vuelo, Gene Kranz, verifica las recomendaciones del ordenador y consulta a los miembros de su equipo. Entonces comienza la secuencia de ignición.
Los cohetes Saturno V constaban de cinco fases que se iban desprendiendo de la nave una vez consumían su combustible.
Cuando los cinco motores F-1 de la primera etapa se encienden, los sistemas de refrigeración se encargan de arrojar varias toneladas de agua sobre la estructura metálica del cohete para protegerla del calor. Con la enorme vibración se desprende la escarcha que recubre el cohete, producida por las bajísimas temperaturas a las que se mantienen los propelentes dentro de los tanques.
Cuando el Saturno V alcanza el 95% de su empuje total, los cuatro ganchos que retienen el cohete saltan hacia atrás; con una ligera sacudida el cohete despega de la plataforma y comienza a elevarse, mientras los últimos cinco brazos de la plataforma se desplazan hacia un lado para no entorpecer el lanzamiento. Para entonces, los motores F-1 ya consumen quince toneladas de combustible por segundo.
A las 10:32 de la mañana, en Cabo Kennedy, el Saturno V abandona la rampa de lanzamiento.
Durante la misión, la tripulación establecerá contacto verbal con el centro de control en Houston, ya que una vez que el Saturno V despega, Cabo Kennedy traspasa el control a dicha ciudad.
Ciento sesenta segundos después los motores de cebado de la segunda etapa se ponen en marcha, ya que los cinco potentes F-1 de la primera etapa han agotado su combustible y se desprenden del cohete, iniciándose la segunda etapa que consta de cinco motores J-2, cuya tarea es que el Saturno V siga ganando altura cada vez a mayor velocidad.
También se produjo la separación de la torre de escape de emergencia situada junto con la cubierta protectora del módulo de mando, ya que el cohete no presentaba problemas técnicos y podía continuar con su salida del campo gravitatorio terrestre.
Nueve minutos después del lanzamiento, los cinco motores J-2 de la segunda etapa se separan del resto de la nave. Después las turbo bombas de la tercera etapa envían combustible a su único motor, el mecanismo de ignición se dispara, y el cohete vuelve a acelerar.
Doscientos segundos después el motor se apaga y los astronautas comienzan a notar la ausencia de gravedad.
El Apolo XI está en órbita.
DE LA TIERRA A LA LUNA
El módulo de mando y el módulo lunar permanecen unidos todavía en la tercera etapa denominada S-IV B. Según las normas de las misiones lunares, las naves Apolo deben permanecer tres horas en una órbita llamada "órbita de aparcamiento" a 215 km. de altura. La tripulación emplea este tiempo en calibrar instrumentos y seguir las lecturas de navegación para comprobar que la trayectoria que siguen es la correcta
Una vez que el Apolo XI completa la segunda órbita alrededor de la Tierra, Houston ordena poner rumbo a la Luna. La tercera etapa pone en marcha su motor con las sesenta toneladas de combustible que aún quedan en los tanques. El cohete acelera gradualmente hasta alcanzar los 45.000 km/h. Esta maniobra recibe el nombre de "inyección tras-lunar", y por su dificultad, es el segundo punto crítico de la misión.
Cuando se agota el combustible de la tercera etapa, empieza el tercer punto crítico: Hay que colocar el módulo lunar (LEM) delante del módulo de mando. El carenado que protege al LEM se fragmenta en cuatro paneles mediante pequeños detonadores explosivos. Tras una complicada maniobra utilizando los motores de propulsión, los dos vehículos quedan ensamblados.
Después de tres días, llega a la gravisfera lunar a una velocidad de 3.700 km/h. y comienza a acelerar hasta los 9.000 km/h., impulsado por la gravedad lunar. El Apolo XI se encamina a esta velocidad hacia la luna, en una trayectoria denominada "trayectoria de regreso libre", la cual permite a la nave pasar orbitando por detrás de la Luna y volver a la Tierra sin que sea necesario efectuar un encendido de motor.
El cuarto punto crítico de la misión es la ejecución de la maniobra conocida como "Inserción en órbita lunar" (LOI). La trayectoria de regreso libre es útil cuando hay problemas al efectuar la LOI. Esta maniobra se realiza en la cara oculta de la Luna, cuando no hay comunicación posible con Houston y consiste en un encendido de motor para efectuar una frenada y colocarse así en órbita lunar.
En esta fase, el keroseno se ha agotado y entran en funcionamiento los elementos hipergólicos, llamados así porque detonan al entrar en contacto, sin necesidad de una chispa o fuente de calor. Son tres productos: hidracina, dimetilhidracina y tetróxido de nitrógeno.
El motor funciona durante cuatro minutos y medio y luego se apaga automáticamente. El comandante Neil Armstrong verifica en el panel de control del módulo de mando la lectura de Delta V que se refiere al cambio de velocidad y observa que el frenado hipergólico ha situado al Apolo XI a una velocidad correcta para abandonar la trayectoria de regreso libre y situarse en órbita lunar. También comprueba las lecturas del "pericintio", máximo acercamiento a la superficie lunar, y del "apocintio", el máximo alejamiento. Poco más de media hora después de desaparecer por el hemisferio oculto del satélite, las comunicaciones con Houston se restablecen y la tripulación confirma que el Apolo XI se encuentra orbitando la Luna.
EL ÁGUILA HA ALUNIZADO
El comandante Armstrong y el piloto del LEM Aldrin, pasan del módulo de mando al LEM. Collins, piloto del Columbia, acciona el mecanismo de desconexión y el Eagle comienza a separarse. Con unos cuantos disparos de los propulsores, el Columbia se aleja, permitiendo al Eagle realizar la complicada maniobra de descenso hacia la superficie lunar.
El LEM sigue ahora una "trayectoria de Hohmann" casi perfecta. A quince km. de la superficie, control de misión indica que todo está listo para la "maniobra de descenso final" o PDI, consistente en activar por segunda vez el motor del LEM.
Los propulsores de posición son accionados para empujar el combustible hipergólico al fondo del depósito y así eliminar burbujas o bolsas de aire en un proceso llamado "merma". Tres segundos después el motor principal del LEM entra en ignición y el sistema de control automático estabiliza la nave. El motor del LEM despliega toda su potencia.
El ordenador trabaja ahora según su programa 63, que es el modo totalmente automático. Después de iniciada la secuencia de descenso, Armstrong introduce el programa 64, así, el empuje del motor desciende en un 57% y el LEM se sitúa en posición horizontal.
El LEM viaja a más velocidad de la programada, lo que provocaría abortar el alunizaje, pero el director de vuelo decide seguir con el proceso.
El LEM sobrepasa el lugar donde debería haber alunizado, el ordenador los está conduciendo hacia un gran cráter con rocas que causarían serios daños al módulo si alunizase allí. Armstrong desconecta el programa 64 e introduce el 66, programa de control semiautomático que controla el empuje del motor pero deja en manos de la tripulación el movimiento de traslación lateral del LEM.
El LEM pierde altura gradualmente. A menos de dos metros de la superficie, una de las tres varillas sensoras que cuelgan de las patas, toca el suelo.
El Eagle recorre el último metro en una suave caída gracias a la débil gravedad lunar.
En Houston son las 15:17 del 20 de Julio de 1969 cuando el Eagle se posa en la superficie lunar.
UN GRAN SALTO
Cinco horas después del alunizaje sale Armstrong del LEM, con una cámara de televisión que retransmitirá imágenes al mundo y describe a Houston lo que ve, finalizando con la frase:
"Un pequeño paso para el Hombre, un gran salto para la Humanidad"
En la Luna, aún permanece la bandera de los Estados Unidos de América, y una placa colocada en una de las patas de la fase de aterrizaje del módulo lunar. Está firmada por la tripulación del Apolo XI y por el entonces presidente de los EEUU Richard Nixon. La placa dice:
El 24 de Julio, los tres astronautas amerizaron en aguas del Océano Pacífico poniendo fin a la misión.
DESPEGUE DEL APOLO XI
El 18 de Junio, tres semanas antes del lanzamiento, comienza la carga de queroseno tipo RP-1 en la primera etapa del Saturno V, un trabajo que termina seis días después. El 15 de Julio, ocho horas antes de la hora prevista para el lanzamiento y para evitar pérdidas por evaporación, se procede al bombeo de oxígeno líquido (LOX) e hidrógeno líquido (LH2) en los tanques de las tres etapas del cohete. Estos últimos propelentes son almacenados a altas presiones y bajas temperaturas, por lo que se les denomina genéricamente, criogénicos.
El 16 de Julio los astronautas son transportados hasta la nave. Mientras, el ordenador del Complejo 39 realiza las últimas comprobaciones y comprueba que todos los sistemas funcionen.
El director de vuelo, Gene Kranz, verifica las recomendaciones del ordenador y consulta a los miembros de su equipo. Entonces comienza la secuencia de ignición.
Los cohetes Saturno V constaban de cinco fases que se iban desprendiendo de la nave una vez consumían su combustible.
Cuando los cinco motores F-1 de la primera etapa se encienden, los sistemas de refrigeración se encargan de arrojar varias toneladas de agua sobre la estructura metálica del cohete para protegerla del calor. Con la enorme vibración se desprende la escarcha que recubre el cohete, producida por las bajísimas temperaturas a las que se mantienen los propelentes dentro de los tanques.
Cuando el Saturno V alcanza el 95% de su empuje total, los cuatro ganchos que retienen el cohete saltan hacia atrás; con una ligera sacudida el cohete despega de la plataforma y comienza a elevarse, mientras los últimos cinco brazos de la plataforma se desplazan hacia un lado para no entorpecer el lanzamiento. Para entonces, los motores F-1 ya consumen quince toneladas de combustible por segundo.
A las 10:32 de la mañana, en Cabo Kennedy, el Saturno V abandona la rampa de lanzamiento.
Durante la misión, la tripulación establecerá contacto verbal con el centro de control en Houston, ya que una vez que el Saturno V despega, Cabo Kennedy traspasa el control a dicha ciudad.
Ciento sesenta segundos después los motores de cebado de la segunda etapa se ponen en marcha, ya que los cinco potentes F-1 de la primera etapa han agotado su combustible y se desprenden del cohete, iniciándose la segunda etapa que consta de cinco motores J-2, cuya tarea es que el Saturno V siga ganando altura cada vez a mayor velocidad.
También se produjo la separación de la torre de escape de emergencia situada junto con la cubierta protectora del módulo de mando, ya que el cohete no presentaba problemas técnicos y podía continuar con su salida del campo gravitatorio terrestre.
Nueve minutos después del lanzamiento, los cinco motores J-2 de la segunda etapa se separan del resto de la nave. Después las turbo bombas de la tercera etapa envían combustible a su único motor, el mecanismo de ignición se dispara, y el cohete vuelve a acelerar.
Doscientos segundos después el motor se apaga y los astronautas comienzan a notar la ausencia de gravedad.
El Apolo XI está en órbita.
DE LA TIERRA A LA LUNA
El módulo de mando y el módulo lunar permanecen unidos todavía en la tercera etapa denominada S-IV B. Según las normas de las misiones lunares, las naves Apolo deben permanecer tres horas en una órbita llamada "órbita de aparcamiento" a 215 km. de altura. La tripulación emplea este tiempo en calibrar instrumentos y seguir las lecturas de navegación para comprobar que la trayectoria que siguen es la correcta
Una vez que el Apolo XI completa la segunda órbita alrededor de la Tierra, Houston ordena poner rumbo a la Luna. La tercera etapa pone en marcha su motor con las sesenta toneladas de combustible que aún quedan en los tanques. El cohete acelera gradualmente hasta alcanzar los 45.000 km/h. Esta maniobra recibe el nombre de "inyección tras-lunar", y por su dificultad, es el segundo punto crítico de la misión.
Cuando se agota el combustible de la tercera etapa, empieza el tercer punto crítico: Hay que colocar el módulo lunar (LEM) delante del módulo de mando. El carenado que protege al LEM se fragmenta en cuatro paneles mediante pequeños detonadores explosivos. Tras una complicada maniobra utilizando los motores de propulsión, los dos vehículos quedan ensamblados.
Después de tres días, llega a la gravisfera lunar a una velocidad de 3.700 km/h. y comienza a acelerar hasta los 9.000 km/h., impulsado por la gravedad lunar. El Apolo XI se encamina a esta velocidad hacia la luna, en una trayectoria denominada "trayectoria de regreso libre", la cual permite a la nave pasar orbitando por detrás de la Luna y volver a la Tierra sin que sea necesario efectuar un encendido de motor.
El cuarto punto crítico de la misión es la ejecución de la maniobra conocida como "Inserción en órbita lunar" (LOI). La trayectoria de regreso libre es útil cuando hay problemas al efectuar la LOI. Esta maniobra se realiza en la cara oculta de la Luna, cuando no hay comunicación posible con Houston y consiste en un encendido de motor para efectuar una frenada y colocarse así en órbita lunar.
En esta fase, el keroseno se ha agotado y entran en funcionamiento los elementos hipergólicos, llamados así porque detonan al entrar en contacto, sin necesidad de una chispa o fuente de calor. Son tres productos: hidracina, dimetilhidracina y tetróxido de nitrógeno.
El motor funciona durante cuatro minutos y medio y luego se apaga automáticamente. El comandante Neil Armstrong verifica en el panel de control del módulo de mando la lectura de Delta V que se refiere al cambio de velocidad y observa que el frenado hipergólico ha situado al Apolo XI a una velocidad correcta para abandonar la trayectoria de regreso libre y situarse en órbita lunar. También comprueba las lecturas del "pericintio", máximo acercamiento a la superficie lunar, y del "apocintio", el máximo alejamiento. Poco más de media hora después de desaparecer por el hemisferio oculto del satélite, las comunicaciones con Houston se restablecen y la tripulación confirma que el Apolo XI se encuentra orbitando la Luna.
EL ÁGUILA HA ALUNIZADO
El comandante Armstrong y el piloto del LEM Aldrin, pasan del módulo de mando al LEM. Collins, piloto del Columbia, acciona el mecanismo de desconexión y el Eagle comienza a separarse. Con unos cuantos disparos de los propulsores, el Columbia se aleja, permitiendo al Eagle realizar la complicada maniobra de descenso hacia la superficie lunar.
El LEM sigue ahora una "trayectoria de Hohmann" casi perfecta. A quince km. de la superficie, control de misión indica que todo está listo para la "maniobra de descenso final" o PDI, consistente en activar por segunda vez el motor del LEM.
Los propulsores de posición son accionados para empujar el combustible hipergólico al fondo del depósito y así eliminar burbujas o bolsas de aire en un proceso llamado "merma". Tres segundos después el motor principal del LEM entra en ignición y el sistema de control automático estabiliza la nave. El motor del LEM despliega toda su potencia.
El ordenador trabaja ahora según su programa 63, que es el modo totalmente automático. Después de iniciada la secuencia de descenso, Armstrong introduce el programa 64, así, el empuje del motor desciende en un 57% y el LEM se sitúa en posición horizontal.
El LEM viaja a más velocidad de la programada, lo que provocaría abortar el alunizaje, pero el director de vuelo decide seguir con el proceso.
El LEM sobrepasa el lugar donde debería haber alunizado, el ordenador los está conduciendo hacia un gran cráter con rocas que causarían serios daños al módulo si alunizase allí. Armstrong desconecta el programa 64 e introduce el 66, programa de control semiautomático que controla el empuje del motor pero deja en manos de la tripulación el movimiento de traslación lateral del LEM.
El LEM pierde altura gradualmente. A menos de dos metros de la superficie, una de las tres varillas sensoras que cuelgan de las patas, toca el suelo.
El Eagle recorre el último metro en una suave caída gracias a la débil gravedad lunar.
En Houston son las 15:17 del 20 de Julio de 1969 cuando el Eagle se posa en la superficie lunar.
UN GRAN SALTO
Cinco horas después del alunizaje sale Armstrong del LEM, con una cámara de televisión que retransmitirá imágenes al mundo y describe a Houston lo que ve, finalizando con la frase:
"Un pequeño paso para el Hombre, un gran salto para la Humanidad"
En la Luna, aún permanece la bandera de los Estados Unidos de América, y una placa colocada en una de las patas de la fase de aterrizaje del módulo lunar. Está firmada por la tripulación del Apolo XI y por el entonces presidente de los EEUU Richard Nixon. La placa dice:
Here Man from the Planet Earth first set foot upon the Moon, July 1969 A.D. We came in Peace for all Mankind
Aquí, unos Hombres procedentes del Planeta Tierra pisaron por primera vez la Luna en Julio de 1969 D.C. Vinimos en son en Paz en nombre de toda la Humanidad
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on lunes, 20 de julio de 2009
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