7 de Noviembre de 1917. ASALTO AL PALACIO DE SAN PETERSBURGO. EMPIEZA LA REVOLUCIÓN RUSA
La Revolución Rusa de 1917 fue un movimiento político y social que culminó con la expulsión del Gobierno Provisional que había reemplazado al sistema zarista, lo que llevó finalmente al establecimiento de la Unión Soviética, la cual perduraría hasta su caída en 1991.
La gran Revolución de 1917 se dividió en dos grandes fases: la caída del régimen zarista (Revolución de Febrero), y la creación del primer estado comunista del mundo (Revolución de Octubre). Políticamente el pueblo ruso odiaba la dictadura del zar Nicolás II. Las bajas que los rusos sufrieron durante la Primera Guerra Mundial debilitaron aún más la imagen de Nicolás.
Socialmente, el régimen despótico del zar había estado oprimiendo al campesinado durante siglos. Esto provocó tensiones dentro de la clase baja rural que desembocó en numerosos altercados. Económicamente, la inflación y el hambre por toda Rusia, constituyeron factores también importantes para el estallido de la revolución.
Todas estas causas, junto con el liderazgo de Vladimir Illich Ulianov (Lenin) y León Trostky, hicieron que la revolución tuviera lugar.
Causas Económicas
Se atribuyen en gran medida a la mala gestión del zar, sumada a la I Guerra Mundial. Más de quince millones de hombres se unieron al ejército, lo cual dejó un número insuficiente de trabajadores en fábricas y granjas. El resultado fue una escasez generalizada de alimentos y materias primas, con lo cual los obreros tuvieron que soportar duras condiciones de trabajo y jornadas laborales de hasta doce y catorce horas, además de bajos salarios. Se desencadenaron cuantiosas revueltas y huelgas reivindicando mejores condiciones y aumento de salarios.
El fracaso del zar Nicolás en solucionar estos problemas, el hambre que se sufría en las grandes ciudades y la promesa del comunismo por aplacarlos, constituyeron el núcleo de la revolución.
Causas Sociales
Tienen su orígen en siglos de opresión del régimen zarista sobre las clases bajas, además de los desmanes del zar en la I Guerra Mundial. El vasallaje, asociado por lo común con la Edad Media, describe la situación social de la Rusia de Nicolás: una pequeña clase de nobles terratenientes controlaban una gran cantidad de siervos (el 85% del pueblo ruso formaban parte del campesinado, oprimido por las clases altas y el propio régimen). En 1861, el zar Alejandro II había emancipado a estos campesinos, que, sin embargo, no tenían tierras que cultivar. El gobierno les cedió pequeñas parcelas, que resultaron ser insuficientes, lo que provocó grandes sublevaciones. La guerra aumentó el caos, e hizo que muchos campesinos emigraran a las ciudades para trabajar en las fábricas que se habían quedado sin obreros. Mientras, la cantidad de alimentos requerida por el ejército era cada vez mayor, desabasteciendo a las ciudades.
Causas Políticas
Son el resultado de la combinación de las causas económicas y sociales.
Desde 1904 los trabajadores de la clase baja de Rusia sufrieron una pésima situación económica.
Muchos trabajaban más de once horas al día. Las condiciones de seguridad y sanidad en el trabajo eran espantosas y los salarios bajaban cada vez más. Se produjeron numerosas huelgas y protestas, ignoradas por Nicolás y algunas reprimidas de forma violenta y letal (Domingo Sangriento).
El intento fracasado de conquistar Manchuria también resultó muy impopular entre los ciudadanos y la clase intelectual, educada en occidente, rechazaba también la autocracia zarista.
La situación se tornó crítica cuando en 1915 Nicolás decidió asumir el control directo del ejército, supervisando el frente de guerra y dejando a su incapaz esposa, Alejandra, a cargo del gobierno.
El descontento y el odio hacia Nicolás crecía, con lo que la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso formada por terratenientes, industriales y campesinos, emitió una advertencia al zar en Noviembre de 1916, declarando que se avecinaba el desastre sobre la nación si no se ponían en marcha reformas constitucionales. Nicolás hizo caso omiso.
Varios meses después el régimen colapsó durante la Revolución de Febrero y un año después, el zar y su familia fueron ejecutados.
REVOLUCIÓN DE FEBRERO
Sobrevino espontáneamente, cuando el pueblo de Petrogrado (después Leningrado y en la actualidad San Petersburgo), inició una protesta contra el régimen zarista por la escasez de comida en la ciudad.
Existía también un gran descontento por la involucración de Rusia en la I Guerra Mundial. A medida que las protestas crecían, muchos políticos reformistas (tanto liberales como de extrema izquierda), empezaron a coordinar sus actividades.
A principios de febrero las protestas se tornaron violentas en cuanto los ciudadanos se sublevaron, enfrentándose a la policía y a los soldados. Cuando el grueso de los efectivos destacados en la ciudad se unieron a la sublevación, ésta se convirtió en una verdadera revolución, obligando al zar a abdicar.
Se constituyó un Gobierno Provisional, también llamado Duma, a la vez que se planeó la convocatoria de elecciones. Entre febrero y octubre los revolucionarios intentaron cambios más radicales. En julio, los bolcheviques de Petrogrado, en colaboración con los anarquistas, promovieron una rebelión civil que fracasó.
REVOLUCIÓN DE OCTUBRE
Fue liderada por Trotsky y Lenin, basada en las ideas de Karl Marx, y marcó el inicio de la expansión del comunismo en el siglo XX.
Fue mucho menos espontánea que la de febrero, pues fue el resultado de planes deliberados y actividades coordinadas de principio a fin. La logística y la financiación aportadas por la inteligencia alemanas, a través de su agente clave, Alexander Parvus, fueron piezas fundamentales.
El 7 de Noviembre de 1917, los líderes bolcheviques, Lenin y Trostky, lideraron a los revolucionarios de izquierda en una revuelta contra el ineficaz Gobierno Provisional (Rusia aún utilizaba el calendario juliano, con lo que el 7 de noviembre según nuestro calendario correspondería al 25 de octubre juliano, po lo que algunas fuentes y textos citan esta última fecha), comenzando con el asalto al palacio, símbolo del poder del zar, el equivalente al asalto de La Bastilla para los revolucionarios franceses.
La revolución de octubre culminó la fase empezada en febrero, reemplazando al Gobierno Provisional encabezado por Alexander Kerensky, por el poder organizado y deliberativo de los Soviets obreros, soldados y campesinos, verdaderos organismos de participación política y asamblearia por parte de las clases trabajadoras de la población.
Exponer a los oprimidos la verdad sobre la situación es abrirles el camino de la revolución.
León Trotsky